- Home
- Trastorno de conducta
Trastorno de conducta
El trastorno de conducta en niños es una condición que se caracteriza por patrones persistentes de comportamientos disruptivos, desafiantes o agresivos que pueden afectar su desarrollo social, emocional y académico. Con el apoyo adecuado, los niños pueden aprender a manejar sus emociones y relaciones de manera saludable.
¿Qué es el Trastorno de Conducta?
El trastorno de conducta es un trastorno del comportamiento que se manifiesta a través de actitudes persistentes como desobediencia extrema, agresividad, mentiras frecuentes o violaciones de normas sociales. No se trata de “mal comportamiento” ocasional, sino de una condición que requiere atención profesional.

Síntomas Comunes
Los síntomas varían en intensidad y frecuencia, pero incluyen:
- Agresión: hacia personas, animales u objetos, como peleas físicas o actos destructivos.
- Desafío a la autoridad: resistencia persistente a las reglas en casa o en la escuela.
- Engaño y manipulación: mentir, hacer trampa o robar con frecuencia.
- Falta de empatía: dificultad para reconocer los sentimientos y derechos de otros.
- Impulsividad: actos sin pensar en las consecuencias, como escaparse de casa o la escuela.
Causas del Trastorno de Conducta
El trastorno de conducta puede estar influenciado por factores múltiples, como:
- Genéticos y neurológicos: desequilibrios químicos en el cerebro o antecedentes familiares.
- Entorno social: exposición a violencia, conflictos familiares o falta de supervisión.
- Factores emocionales: experiencias traumáticas o baja autoestima.
Diagnóstico y Evaluación
Un diagnóstico preciso implica:
- Entrevistas con padres y maestros: para entender el comportamiento en diferentes contextos.
- Evaluaciones psicológicas: para descartar otras condiciones como el TDAH o trastornos de ansiedad.
- Observación directa: del comportamiento del niño en sesiones controladas.
Tratamiento y Manejo
El tratamiento incluye un enfoque integral, que puede abarcar:
- Terapia cognitivo-conductual: ayuda al niño a identificar y cambiar patrones de pensamiento negativos.
- Terapia familiar: para mejorar la comunicación y la dinámica en el hogar.
- Estrategias educativas: diseñadas para fomentar comportamientos positivos en la escuela.
- Medicamentos: en casos donde coexisten otros trastornos, como ansiedad o depresión.
Seguimiento y Control
- Establece límites claros: reglas consistentes y consecuencias predecibles.
- Refuerza el buen comportamiento: elogia los avances, aunque sean pequeños.
- Busca apoyo profesional: no enfrentes la situación solo; un especialista puede orientar y ofrecer estrategias efectivas.
- Fomenta la empatía: mediante actividades que ayuden a entender y respetar los sentimientos de los demás.
