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Cefalea y Migraña

El dolor de cabeza o cefalea es un síntoma que se presenta asociado en muchas ocasiones a enfermedades infantiles.
No obstante, los dolores de cabeza específicos son frecuentes en niños y pueden ser de diferentes tipos (tensional, migrañoso, postraumático, etc.). Podemos decir que hasta 5 de cada 100 niños en edad escolar sufren cefaleas con una relativa frecuencia. Algunos estudios afirman, incluso, que el 69% de los niños han sufrido ya algún episodio importante de cefalea antes de los 14 años de edad.

¿Qué factores producen el dolor de cabeza?

Se han descrito factores emocionales tensionales (estrés, exámenes, problemas familiares…), que provocan una contractura muscular involuntaria y mantenida, que acaba produciendo la cefalea. También parece que ciertos alimentos, tales como el chocolate, plátanos, quesos, frutos secos, etc., pueden desencadenar crisis de migraña. Otros posibles desencadenantes pueden ser los traumatismos craneales, el ejercicio físico intenso, cambios de ritmo vital, fatiga, menstruación, exposición solar…

¿Cuántas clases de dolor de cabeza pueden tener los niños?

El tipo más frecuente es el dolor de cabeza relacionado con procesos febriles y enfermedades generales. En estos casos, la cefalea se limita a la duración de la enfermedad causal, es benigna y se controla fácilmente con analgésicos. Las cefaleas específicas se clasifican, en líneas generales, en tres grupos: las tensionales, la migraña y las producidas por lesiones o enfermedades que afectan al sistema nervioso (cefaleas orgánicas).

¿Cómo es la migraña en los niños?

n migrañas. Los episodios son repetidos (entre uno o dos por semana hasta uno cada varios meses) y, entre los mismos, el niño suele encontrarse bien. El horario predomina en la franja de la tarde-noche, y el dolor dura entre una y dos horas, a veces más. Suele doler en la frente y, en menos ocasiones y niños más mayores, en un sólo lado de la cabeza. Es un dolor más intenso que el de la cefalea tensional, y suele interrumpir la actividad del niño. El sueño y el reposo en un sitio oscuro y tranquilo alivian generalmente el dolor. Casi siempre va acompañada de falta de apetito, dolor abdominal, náuseas y vómitos. A veces, pueden existir síntomas previos al inicio de la crisis, en forma de alteraciones visuales (manchas negras o brillantes) y sensaciones de hormigueo o pérdida de fuerza en las extremidades.

La migraña es más frecuente en la infancia que lo que se cree generalmente, y puede tener ciertas características diferentes de la migraña en el adulto.

La edad de inicio se sitúa principalmente entre los 6 y los 10 años. Es muy habitual que uno de los padres o algún otro familiar cercano también sufra

¿Qué puede hacer el médico del niño ante un paciente con cefalea?

El pediatra o el neuropediatra realizan la historia clínica, anotando los posibles antecedentes y las características de la cefalea, así como una exploración clínica completa. Sólo con estos datos, ya se puede establecer un diagnóstico en muchas ocasiones. Hay que tener en cuenta que la principal fuente de información para realizar este diagnóstico son las características de la cefalea y, a menudo, no es necesario solicitar pruebas complementarias. Estas deben ser reservadas para los casos en que el médico sospeche la existencia de alguna enfermedad relacionada con la cefalea.

Finalmente, se pauta el tratamiento más adecuado (analgésico y preventivo), según el tipo de cefalea y la intensidad y frecuencia de los episodios, y se realizan una serie de visitas periódicas para controlar la evolución y la respuesta al tratamiento.